Término, sweet término

No cabe duda que para los senderistas el Alto Palancia es un paraíso, hay tantas rutas apetecibles que a veces es difícil decidirse. Nos pasa a nosotros, les pasa a nuestros huéspedes cuando les aconsejamos – la lista de preciosas caminatas es larguísima: el inmenso parque natural Sierra Espadán con sus monumentales alcornoques, la vecina Sierra Calderona y sus vistas hasta el Mediterráneo, el paraje natural alrededor de los Clotícos y la Peñaescabia en Bejís, los paseos de ribera en Teresa, las rutas por ríos y montañas en Montanejos -con baño termal incluido- o la peculiar Dehesa de Soneja…

Hay tantos tesoros que muchas veces no nos acordamos de lo más cercano y ahora hacía años que no caminábamos por tierras de Jérica. Hasta que llegó el día 2 de mayo de 2020, el día que millones de corona-confinados por fin pudimos salir de casa, dar un paseo, hacer deporte al aire libre… Eso sí, dentro del término municipal. Un micro-paraíso en todo su esplendor primaveral que volvió a sorprendernos. Pasen y vean…

Escapada virtual

Ll-E-G-A-R-Á. Y pronto. Ese gran momento cuando se levante la cuarentena y vuelva la vida “normal”. Esa vida que ahora después de tantas semanas “encerrados” en casa resulta ser una joya que nos brindaba un sinfín de momentos de alegría. Cuando llegue ese esperado momento de no sólo abrir la puerta para salir a llenar el frigorífico, sino para disfrutar sin límites de la naturaleza que nos rodea, habrá que estar preparados, listos… y allá va: la primera caminata primaveral. Una caminata que después de semanas de lluvia nos llevará a un mundo con un verdor intenso, con un sinfín de flores, aromas y sensaciones…

Ya han caído palabras mágicas… “2 de Mayo”… “paseos”…, así que preparémonos para que piernas, pulmón y pupilas no se asusten. Os proponemos una breve  -y de momento virtual- escapada para iniciarse de nuevo en el placer de recorrer montes, montañas y valles,

disfrutando de vistas espectaculares. Os proponemos un bonito recorrido circular alrededor del Cerro de la Moratilla en la Sierra Calderona.

Se trata de una ruta en el término de Segorbe que empieza en la conocida Masía de Tristán que en su día dependió de la Cartuja de Portacelli. Un lugar idílico en el cual los monjes en su camino de Portacelli a la Cartuja de Vall de Cristo seguro paraban muy a gusto. Luego se convertió en albergue para caminantes y como muchos otros fue sentenciado al abandono. Mientras la Masía se esfuerza para dar idea de lo que era, las numerosas mesas alrededor sí que están intactas e invitan a un picnic o incluso a pasar todo el día en ese paraje encantador.

La caminata arranca por el GR-10 para luego seguir por pista a los pies de la Moratilla que con 836 metros de altura intenta hacerle competencia al famoso Monte Mayor. No hay que dejar la pista, no hay posibilidad de equívoco, así que se puede disfrutar de pleno de las maravillosas vistas hacía el valle de Olocau y el Mediterráneo. En mitad de un mar verde de olivos, almendros, pinos y relucientes arbustos se divisa el Castillo del Real ubicado entre Marines y Olocau. Aún en ruinas se le ve la importancia que tenía esa fortificación musulmana del siglo XI frente a los ataques de Aragón.

Paseando entre alcornoques y madroños se vuelve a la Masía de Tristán que gracias a su bonito reloj de sol nos confirma que sólo hacían falta una hora y un par de kilómetros para llenarse de aire, naturaleza y bonitos pensamientos.

Pasión por la primavera

Más colorida, más variada, más potente: Este año y gracias a la lluvias de abril, la primavera es un regalo para todos los que nos gustan los paseos por la naturaleza.
¿Qué tal un paseo virtual?

Último aviso

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Caminantes con ganas de conocer una de las rutas por el Alto Palancia, acérquense rápidamente a nuestra comarca: Quedan pocos días para emprender bonitas caminatas sin tener que madrugar para evitar horas con mucho calor. Nosotros hemos despedido la temporada primaveral con una de nuestras favoritas, un clásico que no cansa nunca: subir a la Peñaescabia en Bejís, gozar de extraordinarias vistas, vivir un festival para los sentidos, dejarse seducir por aromas intensos, flores como alfombras mágicas… para después bajar por uno de los barrancos más encantadores de la región: el Barranco del Resinero, un juguetón riachuelo con aguas cristalinas y un entorno que enamora.

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La primavera, el apetito…

 

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Pues sí. Se supone que en estos momentos deberían emplearse a fondo para comerse el pulgón que estos días acapara nuestras habas. Pero, por lo visto, las mariquitas no siempre están por la labor. Comprensible. Bien es sabido que la primavera… altera…, y porqué iba a ser una excepción éste apreciado y querido insecto.

En fin, los coccinélidos, coloquialmente y según país conocidos como mariquitas, vaquitas de San Antón, chinitas, sarantontones o catarinas, se lo pasan pipa. Normal, la copulación puede tardar hasta ¡¡18 horas!! Desde luego nos alegramos por ellos, pero en nuestra lucha biológica contra las plagas significa un duro revés. Hay que saber que estos pequeños y simpáticos depredadores son capaces de comerse hasta 50 pulgones al día, varios miles en toda su vida… Si se suma que aunque con un solo emparejamiento, en principio, la descendencia estaría garantizada, pero los bichos, por si acaso, lo repiten -con otras parejas- unas 20 veces más… Fácilmente llegamos a dos semanas de baja por amor… ¡Aaayyy!

Pero bien, así es la primavera… altera… Y con tal que las mariquitas sigan volando, alegrándonos el día y trayendo suerte… ¿qué más queremos? 😉

A vista de pájaro

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 resinero3_casa rural shariqua resinero13_casa rural shariqua resinero11_casa rural shariqua Hay muchos senderistas que al oír la palabra “primavera” no pueden evitar pensar en otra que empieza con la misma letra: Peñaescabia. Al nombrar esta montaña emblemática de Bejís, otros no se resisten en contestar con un deseo: ¡Qué la vuelta sea por el Barranco del Resinero! Sin duda, una caminata encantadora tanto por sus espectaculares paisajes caracterizados por montañas majestuosas como La Juliana (1.476 m), La Pericona (1.468 m) o la propia Peñaescabia (1.331 m), como por la vegetación tan variada con sus pinos negro, carrascas, arces, tejos y sabinares y, por supuesto, por el impresionante Barranco del Resinero con sus aguas cristalinas y su verde asombroso. resinero_casa rural shariqua resinero1_casa rural shariqua resinero12_casa rural shariqua resinero19_casa rural shariqua  resinero5_casa rural shariqua resinero9_casa rural shariqua Nosotros esta vez empezamos la ruta en la Casa del resinero18_casa rural shariquaForestal que se encuentra al poco de pasar los Clotícos de Bejís en dirección al nacimiento del río Palancia. A unos 40 m de la casa se deja la pista para subir por la izquierda por una cómoda senda entre pinos, romeros y  matorral. resinero7_casa rural shariqua

Unos minutos más tarde se llega a la pista que lleva a la base militar de La Salada y, recorriéndola apenas un kilómetro, hacia la derecha también llegamos a la senda bien señalizada que sube a la cima de la Peñaescabia. El esfuerzo para superar unos 200 metros de desnivel se ve recompensado ya por el camino. Parece ser el paraíso del gamón común que crece en grandes extensiones mezclándose con pequeñas preciosidades en amarillo, lila y rosa. Primavera se mire donde se mire. 

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Una vez llegados a la cima de la Peñaescabia, el panorama se compone de un bonito círculo de sierras como las de El Toro, Espadán y Calderona, de picos como el Pina, La Salada, Peña Juliana y al fondo la Peñagolosa. La diminuta aldea de El Molinar que hace poco vimos “cara a cara” ahora se presenta a vista de pájaro. Sin duda, hemos llegado al lugar ideal para el primer picnic. 

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Desde la Peñaescabia ya se divisa el camino a seguir. La senda nos lleva primero al vértice de la Peña con su marca geodésica y pasando por la cuerda del Alto de la Cruz ya emprendemos camino al Barranco del Resinero. Cruzamos la pista de la Salada y, caminando entre una cada vez más densa vegetación, se anuncia el río Resinero. Un riachuelo idílico, con aguas cristalinas, pequeñas cascadas, peces, un sinfín de insectos y flores que disfrutan de este ambiente sano y húmedo. No habrá que pensárselo dos veces: Ha llegado otro lugar ideal para hacer una pausa y gozar del momento. 

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Después de buscarnos camino siguiendo el cauce del Resinero, el último tramo del trayecto recorre por pista hasta que a lo lejos de divisa la Casa del Forestal. Y con ella el fin de una caminata primaveral que entusiasma cada vez de nuevo.

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Entomofilia

Se pelean por un trozo de pétalo, se relajan encima de un colchón de lo más blando y aromático, se tiran de cabeza para dentro y – cómo no – se meten uno encima del otro. Por no dejar lugar y posición sin probar, hasta se cuelgan de la cuerda de tender. Es primavera y si solemos fijarnos sobre todo en la variedad de flores que inundan prados y huertas, vale la pena acercarse un poco más. Casi en la clandestinidad dentro de las flores se pueden observar verdaderos espectáculos: Insectos de lo más variopinto que se aprovechan de su aroma atractivo, de sus colores hechiceros, su dulce néctar  su seductor diseño.

 

Y tampoco hay que preocuparse de las flores así tratadas. Al contrario. Les gusta. Son las así llamadas “amantes de los insectos” y hasta hay explicaciones científicas para ese “síndrome floral” también denominado “entomofilia”. Una simbiosis perfecta que desde hace millones de años une moscas, avispas, mariposas, polillas o escarabajos con el mundo construido de preciosos pétalos. Una simbiosis entre insectos polinizadores y flores que vale la pena mirarla detalladamente…