Es increíble como un fino abrigo blanco es capaz de cambiar por completo el paisaje, emocionar y despertar las ganas de pasar un día en la nieve. Mientras la borrasca invernal Filomena paralizaba gran parte del país, en el Alto Palancia se mostró mucho más simpática y dejó caer los copos de nieve en su medida justa.
Sharíqua y la finca quedaron así: