Quién si no los holandeses son la nación europea más apasionada con el velocípedo. Sólo con saber que en ese país hay más bicis que habitantes y que uno de cada tres se decide por las dos ruedas en trayectos “cortos” de hasta 7,5 kilómetros, rápidamente se llega a la conclusión: Ser de los Países Bajos obliga. Y así no extraña que con tanta pasión por sus “fiets” a más de un holandés los 29.000 kilómetros de carril bici en su país tarde o temprano le sabe a poco.
Es el momento cuando los Rolandus, Willem, Geertruida, Adrianus, Monique, Grietje, Jesse o Lotte cogen la bici y exploran mundo. Pensando en la conocida llanura que caracteriza su país natal -la colina más alta con sus 323 metros no debe sacar ni una gota de sudor- uno podría pensar que son los usuarios ideales de las vías verdes. Y lo son. Pero no se quedan ahí. Ya son más de una docena de huéspedes que nos han sorprendido con su potencial de pedaleo. Vienen de Valencia, disfrutan de la Vía Verde Ojos Negros, pero están camino a Cuenca; han comenzado su viaje en Santander para llegar a Alicante, han aterrizado en Mallorca pero su destino es Madrid.
Los últimos en llegar a Sharíqua con ya 230 kilómetros en el equipaje han sido Margaret y Maarten. En su viaje desde Jávea pasando por Jérica acaban de llegar a San Sebastián -kilómetro 806- y no paran ahí. Quieren cruzar toda Francia, saludar a sus vecinos belgas y llegar de nuevo a Holanda. Lo que a nosotros, los mortales, nos puede parecer una locura, para ellos son las vacaciones ideales. Y no son unos ilusos que no saben qué les espera. No, ya lo han hecho una vez, en aquella ocasión de Holanda a España.
Y que probablemente no haya sido la última aventura de este tipo, lo demuestran sus caras sonrientes con cada etapa superada. Se les puede seguir kilómetro a kilómetro en el blog que publica Maarten. Sí, encima eso: Con un mínimo de 60 kilómetros y -hasta ahora- un máximo de 105 al día aún están de humor para compartir sus experiencias con el resto del mundo sobre dos ruedas. Hablarles de los pueblos, las anécdotas, los esfuerzos… Y, al final de cada día, de los lugares donde se han alojado, terminando el artículo con una “Room with a View”. En Jérica, qué mejor opción que Sharíqua.
Muchas gracias y saludos a estos embajadores de España tan especiales.