La “Vuelta de la Hoz”, un agradable paseo a orillas del Río Palancia, es sin duda una de las excursiones más bonitas y al mismo tiempo más cortas de Jérica. Partiendo del pueblo, se camina por una senda semicircular que se adentra en un meandro del río, siempre acompañada de una densa y variada vegetación, abrigada por impresionantes paredes casi verticales en medio de las cuales el agua se abrió paso. Y en tan sólo media hora, de vuelta al pueblo. En teoría. Porque casi nadie se puede resistir a sentarse un rato en uno de los bancos, a curiosear y conocer detalles del sistema de acequias, a observar los restos de viejos molinos o simplemente a descansar y disfrutar.
Es un bonito paseo durante todo el año, pero en un día llovioso primaveral tiene un encanto aún más especial.
El aroma de hierbas silvestres y flores se intensifica al igual que los colores. El silencio sólo admite las charlas de los pájaros y el murmullo del agua. Y las paredes de la Peña Tejada, que a los árabes les sirvieron como muro natural para su castillo con su Torreta en lo alto de la colina, parecen aún más inabordables.
Es el momento de dejarse fascinar por unas gotas de agua, por el paseo “slow” de un caracol o el brillo de una piedra.
Es el momento para parar y disfrutar poco a poco de ese kilómetro de felicidad.