Fea, amorfa y con un olor algo indefinido a tierra, musgo y profundidades desconocidas. Que con estas cualidades uno pueda llegar a ser el objeto del deseo de miles y miles de gourmets que encima son capaces de pagar precios impresionantes por unos pocos gramos de ese manjar, pues sí, eso tiene su mérito. Y la trufa se lo ha ganado. Porque es exquisita, rara y misteriosa. No permite sucedáneos y sólo los muy expertos encuentran el diamante negro de los bosques.
Expertos como los que hay también en el Alto Palancia, donde a partir de una altitud de 800 metros en los bosques de encina ya estamos en “terreno trufa”. Y no es de extrañar que al hongo más prestigioso del mundo cada año en El Toro se le dedique toda una pequeña feria con venta de trufas de todos los tamaños, productos enriquecidos con el “tuber” como aceite de oliva, patés y quesos… y hasta pequeñas encinas, robles y otros árboles micorrizados por la trufa negra.
Y desde luego también hay degustaciones alrededor de la “delicatessen” del subsuelo.
Lo que sin embargo será uno de los momentos más esperados durante la feria de este fin de semana del 3 y 4 de diciembre es mucho más autóctono y terrenal que tapear con huevos trufados y licor de trufa. Es el momento “Cochi”. El momento cuando la jabalina más famosa del Alto Palancia (y probablemente de España) demostrará una vez más que nadie como ella es capaz de localizar un “Tuber Melanosporum”. La cerda, de unos 120 kilos de peso, a la tierna edad de pocos meses fue encontrada por Serafín Izquierdo, ex alcalde de Pina de Montalgrao, y desde entonces se especializó en la búsqueda de la trufa (que, dicho sea de paso, a los cerdos no les cuesta mucho).
Desde hace tiempo Cochi demuestra sus habilidades en ferias “trufícolas” por todo el país. Reputación obliga. Y puesta a impresionar, la jabalina incluso removió la tierra para cocineros estrella como Juan Mari Arzak y Karlos Arguiñano. En El Toro actúa el sábado y el domingo a las 12.30 horas. La “8ª Feria de la Trufa y Productos Artesanos” estará abierta de 11 a 20 horas.
PD: Aunque los cerdos tienen esa facilidad de encontrar los manjares sin esfuerzo, a Cochi una vez que haya dado con la trufa se le suele cambiar rápidamente por una manzana. El precio del kilo lo explica.